Después de haber trabajado la tierra, incansablemente, a pleno sol durante
los días de marzo, a punto de sembrar, se vino la lluvia... Y le costó irse...
Parecía que sólo llovía los lunes (días de huerta). Pero siempre que llovió,
paró y volvimos con más ganas, rellenamos los canteros y pudimos aprovechar la
tierra de nuestra abonera... Y después de tanto, ¡sembramos!!!!
Ahora a regar y esperar...
Gracias al Consejo que nos apoyó, como siempre lo hace en nuestros proyectos, en la compra de la tierra para rellenar los canteros!!!
Van algunas fotos... Y aunque no lo crean, los chicos saben usar muy bien la pala!!!
Aldana