Queridas Irene y Cecilia,
Realmente me tocó compartir estos días de trabajo con un grupo de
chicos de año 12 que demostraron poder equilibrar la responsabilidad de un
adulto y la entrega y la energía de un niño. Hemos estado trabajando desde las
8 am hasta las 6 pm, con 300 chicos que de repente estaban absolutamente a
cargo nuestro no sólo en las aulas sino también en los recreos.
Mis alumnos dieron todo de sí, a cada actividad le pusieron mucha
energía, aprendieron a cambiar lo planificado en cuando se daban cuenta que la
actividad no era la apropiada, y supieron mantenerse frente a los chiquitos
haciendo malabares para poder lograr sacarles una sonrisa.
Logramos vincularnos inmediatamente a partir de la música (hay que destacar que este año teníamos ¡3 guitarras y un cajón!), a partir de juegos, contándoles cuentos y luego pintando y dibujando juntos. Corrimos en los recreos jugando al fútbol y otros tantos juegos que proponían en general los mismos chicos.
Los maestros, las cocineras y las porteras nos han brindado todo y mucho más de lo que tenían, y no me refiero tanto a lo material como a lo actitudinal. La escuela de Añatuya y todos los que la componen se abrieron hacia nosotros y nosotros que ibamos con el objetivo de vincularnos, compartir y DAR, nos encontremos RECIBIENDO mucho más de lo que podíamos imaginar.
Miren, CLICK!!
Recibimos sonrisas, abrazos, cartas, atención, alimento, nos confiaron sus historias de vida, entre otras cosas. Es así como todo lo que nosotros pretendíamos brindar parecía chiquito e insuficiente ante tanta respuesta de personas que cuentan con las mínimas necesidades básicas satisfechas y sufren de tantas otras.
Ante este panorama es imposible no sensibilizarse, no aprender algo, pero también cuesta sacar fuerzas de algún lugar y seguir queriendo DAR, ya que esta emoción a veces nos paraliza.
Es este equilibrio el que más rescato de mis alumnos de año 12, ellos lograron mantener sus energías puestas en el objetivo mas allá de lo movilizados que se encontraban. Ellos fueron Creativos en el Accionar cotidiano y sin duda Solidarios con los miembros de la escuela. (CAS)
Gracias Irene y Cecilia por confiar en mí y por permitirme por segundo año tener la posibilidad de DAR y RECIBIR junto a mis alumnos
Saludos, Flor
(Florencia Zapata, Profesora de CAS e Historia - Secundaria)